12 nov 2012

Pasión por la Lectura







Buenos días mis chicos/as y demás gente interplanetaria.

He vuelto, tras una larga pausa por carencias, digamos, temporales, ando por estos lares otra vez más. Y quiero retomar este blog con una de mis pasiones: “LEER”.

Desde bien pequeños nos intentan inculcar, con más o menos éxito, la costumbre de la lectura, ya sea la maestra de escuela, los padres, la bibliotecaria,… con la excusa de mejorar nuestra cultura.

Yo tuve suerte, unos de los primeros recuerdos que tengo de ‘nana’ es ver a mi madre con aquellas cartillas de lectura enseñándome que la M con la A es “MA” y, al contrario que para  la mayoría de los niños a los que resultaba ser un auténtico coñazo y acababan siendo las “Cartillas del Infierno” para mi era el mejor disfrute, tanto fue así que al entrar en el colegio la maestra instó a mi madre a que no me llevara tan adelantada en las cartillas porque me aburriría en clase y dejaría de prestar atención. “Oiga usted – que le diría yo hoy – si me gusta leer leeré lo que me salga en gana”.


Pero bueno, la profesional era ella, así que donde hay patrón…

Recuerdo mis largas tardes en la biblioteca del pueblo rebuscando los libros más entretenidos, interesantes y divertidos. Si por mi fuese me los hubiese llevado todos a casa.

Cuando empecé a ser “más mayorcica” recuerdo con una sonrisa, el primer libro “para mayores” que me recomendó mi padre “Hija, busca un libro en la biblioteca de Torcuato Luca de Tena, con las tapas verde oliva, parecerá muy viejo, se llama Los renglones torcidos de Dios, verás como te gusta”. Y ahí que me fui yo dándole vueltas y vueltas a las estanterías busca que te busca y por fin, cuando lo encontré me dispuse a sacar la ficha con la bibliotecaria y pude ver como en la cartulina de registro de salidas del libro aparecía en las primeras líneas el nombre de mi padre, no recuerdo muy bien la fecha que figuraba, pero os puedo asegurar que mi padre por entonces tendría que ser un mozalbete.

Y ese libro… ¡Qué libro! Lo disfruté desde el principio, releyendo páginas para que no se me escapara ningún significado oculto. En el instituto me regodeé en un examen de filosofía cuando nos pusieron un comentario de texto, ja! Yo me lo volví a leer por gusto. Hoy en día he perdido la cuenta de las veces que lo he leído. 

Cualquier momento de me vida podría estar ligado al libro que en ese momento me estuviera leyendo.

Libros y más libros, que mi madre en un momento dado me advirtió que no comprara tantos, ¡menudo pastizal!

Y llegaron las épocas maduras: terminas las clases, encuentras pareja, consigues un trabajo y cuando te quieres dar cuenta has dejado de leer o lees mucho menos de lo que te gustaría. Dejas largos periodos de tiempo entre lectura y lectura, y cuando coges ese libro que tienes a medias tienes que volver a empezarlo porque no te acuerdas ni de lo que va.

Pandora Rebato (El Mundo)
Soy de las que piensan que da igual lo que leas: periódicos, revistas, comics, blogs,… la cuestión es leer, y visto que de tiempo andaba escasa encontré a una “bloguera” de El Mundo: Pandora Rebato con “La Cama de Pandora” cuyas publicaciones semanales me hicieron volver a coger el hilo de la lectura. Por este espacio empecé a encontrar otros y así hasta que todos los días leía un ratito (aunque fuera desde el ordenador).
Las recomendaciones de Pandora siempre son bien recibidas: consejos, cachivaches sexuales, obras de teatro, espectáculos, música,… y libros.

Y aquí es donde quería yo llegar (menudas vueltas le doy a las cosas, por dios). Mi querida Pandora en una de sus entradas comentó como solo ella sabe hacerlo la serie de “50 Sombras de Grey”, desenmarañando la inquietud/curiosidad sobre la práctica del bondage, sado,…

Fue la primera vez que oí hablar del dichoso libro(s). Después alguna amiga me lo recomendó, vi a gente leyéndolo en la playa mientras yo devoraba sentada en mi hamaca “Para Ana de tu muerto” de Nuria Roca y Juan del Val (buenisísimo por cierto), y tras las vacaciones mi compañera de trabajo me preguntó si me había leído “50 Sombras…”.
Salí de currar, me fui a la librería y me compré el primero de la trilogía. “Pero que narices tendrá este libro”, pensaba para mi mientras me dirigía a casa.  
Dos días lo tuve metido en la bolsa por pereza de tener que empezarlo. Y una noche lo empecé y dos días después lo terminé. QUE MARAVILLA!


Trilogía Cincuenta sombras... E.L.James


Haber, me explico: independientemente de lo que se ha empezado a llamar “porno para mamás”, la temática del libro es lo de menos. El libro tiene muchas carencias, ya que la escritora no es una profesional ni mucho menos. Empezó a escribir en un foro de fans de Crepúsculo (Arggg). Pero, lo que adoro de esta mujer es que ha conseguido lo que muchos escritores de renombre no hacen: que un libro te enganche hasta decir basta, que cuando has terminado te apetezca empezarlo de nuevo.

Terminé el primer tomo y fui a comprar los dos restantes, pero mi chico pensó que si había cogido con tanta fuerza un libro y se había despertado de nuevo mi pasión por la lectura, me iba a gastar el sueldo en libros en las próximas semanas, así que me regaló un libro electrónico y me zampé el resto de la trilogía en poco menos de una semana. (Como me conoce).

Aunque al principio era reacia a no tener el libro físico en las manos, sopesarlo, pasar sus páginas, ver como amarillean los lomos de los libros de hace 30 años,… al final me ha convencido el aparatejo (en un mes llevo como 7 u 8 libros leídos).

Ahora me he dado cuenta. Da igual qué libro sea, si porno para mamás, el libro del famoso de turno, una trilogía quinceañera de moda, un chico mago con una cicatriz en la frente,  un blog de sexo o de humor, Neruda, Bécquer,…

Como bien me dijo mi profesor de literatura una vez, el Sr. Don Pin-Pon (que crueles somos de verdad):

Da igual qué leas mientras leas


Buscar qué os gusta leer y hacedlo. Cuando encontréis algo que os emocione, os interese u os sorprenda, no lo dejéis.

Aunque sean foros para montar páginas web ;)


Nos vemos en los bares,

Arensy

No hay comentarios:

Publicar un comentario